¿Para qué practicar Tai Chi?
El movimiento suave y continuo mantiene los ligamentos y tendones en un buen estado y a diferencia de otros deportes en los que a la larga las articulaciones se ven dañadas la práctica del Tai Chi permite mantenerlas en un buen estado incluso en edades avanzadas. La circulación sanguínea y linfática también se ven incrementadas. Por otro lado la respiración profunda ayuda a la sangre a mantener su nivel óptimo de alcalinidad, previniendo la acidificación que toda enfermedad necesita para desarrollarse. Cheng Manqing comenzó a practicar Tai Chi con Yang Chenfu estando gravemente enfermo de tuberculosis. Durante los primeros años cada vez que dejaba de practicar volvía a recaer.
En mi caso particular recurrí al tai chi inmerso en una crisis emocional en busca de equilibrio. La concentración de la mente en un cuerpo que se movía con suavidad junto con la respiración que armonizaba los centros físico, emocional y mental, disminuyeron la intensidad de mis emociones y progresivamente cuerpo, mente y emociones recuperaron equilibrio y coherencia.
La práctica - dentro de un sistema en el que los pasos están bien definidos, con la guía de un profesor que manteniendo una adecuada presión estimula el cambio en sus alumnos y que a su vez entrena con su profesor - comienza a fortalecer los niveles internos de la mente. El Tai chi pone el foco en el desarrollo de la inteligencia en los niveles físico-etérico de la mente y este desarrollo genera un efecto positivo en los siguientes niveles que entrenamos en la meditación. Estos cambios hacen que el deseo de hacer un esfuerzo por el desarrollo y crecimiento internos vaya aumentando. Así los motivos iniciales que nos acercaron al Tai Chi también cambian, se van refinando.